Olvidar lo que se lee

Hooola. En breve comenzará el curso y uno se va poniendo ya en modo ‘docente’, tras esos días estivales dedicados a la investigación… sobre cuál es la mejor playa benicense y dónde sirven el mejor mojito a la orilla del mar. En fin.

Uno de los temas recurrentes en clase tiene que ver con la facilidad que tenemos (tenéis) para olvidar lo que se ha leído. Ante mi pregunta clásica, que suele tener que ver con el argumento del libro, siempre alguno de vosotros confiesa: «No me acuerdo», seguido de la excusa: «Es que hace mucho que lo leí». Viene después mi respuesta clásica: «Más tiempo hace que lo leí yo y sí me acuerdo». La diferencia nos llevaría a estudiar cerebros y educaciones distintas, de forma que unos recuerdan ofensas y otras naderías espartanas de por vida, mientras que otros tenemos la facilidad de ignorar a ignaros dianenses y la virtud de recordar libros. Sobre esa virtud (o vicio) va el post de hoy, un artículo de Aloma Rodríguez publicado a finales de julio en ELPAÍS y cuya lectura os recomiendo. Siempre olvido lo que leí, (ELPAIS, 22 de julio de 2018).

Autor: literaturayperiodismo

Catedrático de Periodismo y Literatura Universidad Rey Juan Carlos Madrid

Deja un comentario