Cómo leer un libro

No podéis dejar pasar el último libro de Terry Eagleton, Cómo leer literatura, publicado por Península este mismo año. En el fondo es un manual encubierto de crítica literaria, que toca algunos de los asuntos (personajes, tramas, comienzo, interpretación…) que se veían en la vieja asignatura de «Crítica literaria». Es imperdible, pero, por si alguien no lo encuentra, o no tiene dinero para adquirirlo (ejem), o no tiene tiempo para leerlo completo (ejem, ejem)… puede hacerse una idea con lo que cuenta Daniel Arjona en El Confidencial de hoy (aquí).

Novela actual y opiniones acertadas

Vi El País del sábado y me sonrió. Un artículo de Ricardo Cano Gaviria («La novela en los tiempos líquidos») explicaba (más o menos) lo mismo que os repito en clase, con poco éxito. De ahí que hoy haya dejado de sentirme, de algún modo, voz que clama en el desierto (con el consiguiente relajo).  Os doy el cierre, pero hay que leerlo entero:

En última instancia, solo caben dos posturas: una, la del laissez faire que hace tabla rasa de la teoría literaria, la estética y la propia tradición humanística que las inspira, a favor de esa especie de «mano invisible» que regularía la industria cultural de la novela, para decirlo en sintonía con los propios valores de la trituradora o, mejor, licuadora neoliberal. Otra, la de los que, como los llamados teóricos de la recepción, saben que entre la masa de los lectores siempre hay, desde que existe la novela, un lector especial, que está en el origen de todo novelista; y que si se anula la diferencia básica para la supervivencia de la Literatura entre el lector que solo será receptor y el lector «indignado» que más tarde será también productor, no habrá para la novela una segunda oportunidad sobre la tierra. Lectores presentes, leed como si os fuerais a convertir en novelistas, futuros novelistas, empezad por ser buenos lectores, como lo fue siempre el indignado Gustave Flaubert, que una vez le recomendó a una de sus amigas lo siguiente: «Pero no lea como leen los niños, para divertirse, ni como lo hacen los ambiciosos, para instruirse. No, lea para vivir. Bríndele a su alma una atmósfera intelectual compuesta por la emanación de todos los grandes espíritus».

Reglas de la crítica literaria

Manuel Rodríguez Rivero recuerda en su «Sillón de orejas» de ayer las tres reglas que debe cumplir una crítica literaria, según el poeta y crítico Robert Pinsky. «Uno: la crítica debe decir de qué trata el libro. Dos: la crítica debe decir lo que el autor del libro dice acerca de lo que trata el libro. Y tres: la crítica debe decir lo que el crítico piensa sobre lo que el autor dice acerca de lo que trata el libro». Puede que la formulación sea un poco confusa, pero la sencillez es buena para la labor de la crítica literaria periodística. De nada.

Suplementos culturales y calidad

No es por aquello del «Ya os lo dije», que sé que incomoda (por usar la voz menos gruesa), pero quien lea el artículo de Juan Goytisolo que aparece en el El País de hoy, seguramente pensará: «Ya nos lo dijo». Y es que lo hemos analizado en clase en bastantes ocasiones: la falta de calidad de la mayoría de los suplementos culturales de los diarios actuales, convertidos con frecuencia en una extensión más de los programas del corazón o, lo que quizá sea peor, en un tentáculo más de los mercados. Como en la jaula ya hemos abundado en el asunto, os reenvío a leer a Goytisolo, que parece de los pocos que mantiene la cabeza clara. Pues eso: crítica literaria frente a periodismo cultural. Buen verano.

Futuro del libro y de la novela

Jesús Ferrero publicaba en El País de ayer un artículo («¡Guillotina para Gutenberg!») que, aunque algo caótico en la estructura, desprende ideas interesantes para vosotros por todas las columnas: los cambios que introduce Internet en el mundo cultural del libro -apasionantes, inquietantes y ya conocidos por quienes nacimos en la era Gutenberg, pero seguro que relevantes para vosotros, hijos ya de la  nueva era-, las consecuencias que implica para la difusión y distribución de la novela y, de pasada, algún apunte sobre crítica literaria. En definitiva, que os recomiendo su lectura, como con casi todo lo que traigo a esta bitácora, que es la vuestra.

Críticos literarios (y pocas críticas literarias)

Sería de recibo que todos y todas (y sé por qué lo escribo en esta ocasión) leyeseis aquí la columna de mi admirado Rodríguez Rivero en El País de hoy: el asunto es el número de libros escritos por mujeres y hombres, y su reflejo porcentual distorsionado en la crítica literaria periodística. Podría resumirse jugando a la paronomasia con el dictum bíblico: Paridad de paridades, todo en pura vanidad.

Crítica y críticos (y editores)

El número de ayer de El Cultural traía un artículo de Ignacio Echevarría que os puede resultar interesante: todo lo hemos visto en clase, desde la valía del firmante hasta las estrategias editorales para orientar la labor del crítico. Puede servir de repaso a parte de lo estudiado en clase. (Texto del artículo aquí.)

Senabre, la crítica literaria y la situación cultural española

El Cultural de El Mundo de ayer trae una entrevista con dos críticos de los que el suplemento «se siente orgulloso», y con razón: Joaquín Marco y Ricardo Senabre.  Es de lectura obligada para los alumnos de «Crítica literaria», pero también para los de «Literatura y periodismo», porque pone el dedo en la llaga en muchas de las cuestiones candentes del momento cultural y literario español. Especialmente el profesor Senabre, que dice en román paladino -una vez más- que el príncipe va desnudo… Con dos razones.

Neurocrítica…

Para los alumnos de Crítica Literaria: breves noticias de Manuel Rodríguez Rivero sobre un nuevo método de crítica literaria: la neurocrítica, también llamada neuro lit-crit. Podéis leer el artículo entero aquí, y no hace falta decir que hay que someter el nuevo método a un análisis crítico, como siempre. Hablaremos en clase de ello.

Best seller frente a literatura de calidad

Escrito con gracia y soltura, Manuel Rodríguez Rivero propone hoy en su sección semanal (aquí) un apartado dedicado a las múltiples posibilidades de reescribir una noticia cultural. Las capas de información se van superponiendo en cada nueva redacción, con datos preciosos en no pocas ocasiones para el periodista cultural. De gran valor para alumnos interesados en el fenómeno…